Irak. En nuestras mentes y nuestros telediarios prácticamente todos los días desde hace 5 años gracias a la megalomanía de tres iluminados. Parece que en Irak nada ha cambiado en este tiempo. La gente sigue muriendo en atentados día sí y día también. Los terroristas campan a sus anchas y asesinan sin rubor. La vida es un infierno allí. Y si eres mujer lo es aún más.
Como en tantas partes del mundo, las mujeres son lo último en la escala de prioridades. Las mujeres no sirven más que para ser meros objetos decorativos, para obedecer a su marido, a su padre, cruel dueño y señor para el que la vida de sus mujeres sólo vale en cuanto cumplan con lo que se espera de ellas, mientras sean sumisas y acaten las órdenes. Pero allá ellas si se les ocurre salirse del camino marcado. Pagarán con su vida y nadie a su alrededor señalará a sus asesinos, sino que les apoyarán y les felicitarán por haber matado. "Yo hubiese hecho lo mismo" les dirán. Nadie les acusará, no se les juzgará ni irán a la cárcel. No pagarán por su delito porque para muchos no han cometido un delito sino que han cumplido con su obligación. Han devuelto el honor a la familia, algo mucho más importante que la inútil vida de una mujer, hija, madre, esposa, compañera.
lunes, 12 de mayo de 2008
Morir por ser mujer
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6 comentarios:
Y todo esto gracias a su RELIGIÓN. Los midiclorianos nunca permitirían tal barbarie.
¡Que la Fuerza acompañe en su vida diaria a todas las mujeres maltratadas por el simple echo de ser mujer!
No hace ni cincuenta años que aquí, si el marido pillaba en adulterio a su mujer y la mataba en ese momento, no era delito. (Si lo hacía después, con premeditación, el horrendo pecado de la mujer justificaba una pena mínima). Que una mujer podía meter dinero en su cartilla de ahorros, pero para sacar necesitaba la firma del tutor (padre o marido).
La noche de la que venimos está muy cercana.
Es como los asesinatos de mujeres. Siempre me extraña que nadie comente por qué antes no pasaba: tenemos metida en la cabeza la idea de que "la maté porque era mía". Todo lo contrario. Cuando es mía no necesito matarla, puedo maltratarla y esclavizarla todo lo que quiera. Es ahora, cuando ya no es nuestra, cuando puede elegir una vida libre lejos de nosotros, tener relaciones sexuales libres con otros, cuando la matamos.
"La maté porque se empeñó en que ya no era mía".
Lamentablemente lleva razón Nán. En estos países están todavía con los "crímenes por salvar el honor" (del padre o marido, claro).
En España ocurría lo mismo siglos antes, hasta hace pocos decenios, y si había maltrato, la gente miraba hacia otro lado y santas pascuas (según me han contado que se hacía). En cuanto a la tele, las noticias no se ocupaban de estos asuntos, que eran censurados sin más.
Obi, no creo que sea sólo su religión, aunque indudablemente contribuye al problema.
Nosotras hemos estado mal, nuestras madres y abuelas no tenían la libertad de la que gozamos ahora, en muchos aspectos dependían de los hombres. Pero hemos avanzado.
Lo que me preocupa de lo que está pasando en algunos países árabes es la vuelta atrás. Países como Irán, que fueron modernos y daban bastante libertad a sus mujeres, se han vuelto cada vez más intolerantes y machistas. Y en el fondo, muy al fondo, de mi mente, una vocecita se pregunta si eso nos podría pasar a nosotras, si la mujer está condenada a ser esclava y objeto.
¿Obi? ¿Obi? Perdona Jean, pero al igual que el tuyo, el mío es un nombre compuesto y preferiría que se me llamase Obi-Wan (que para algo uno es un gran caballero Jedi respetado en toda la galaxia)
Perdón por la interrupción en la discusión, pero tenía que aclarar esto para futuras respuestas de nuestra anfitriona Jean Louise.
¡Que la Fuerza os acompañe!
Es algo mucho más profundo. En muchos países se tiene la creencia y la convicción total y absoluta de que la mujer es un ser inferior. En esos países cuando un bebé que nace es mujer, se vive como una decpeción, un drama, una deshonra...
No es algo que hagan mal, es que realmente lo creen así.
Como sucedió en su día con los negros en Estados Unidos. Realmente no era una cuestión de desprecio a un semejante, sencillamente porque, en su terrible ignorancia, estaban convencidos de que los negros no eran semejantes.
Mucho por evolucionar aún.
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